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La clave de la felicidad (verdadera): VIAJAR

viajar es la clave de la felicidad

No sabes cuándo. Pero un día te diste cuenta. Sí, que tú estabas hecho para cambiar de lugar. Que lo de no moverse no era para ti. Que tu cuerpo quería explorar más allá de los cuatro puntos cardinales. Quizá desde ese día en el que descubriste los mapas. Cuando viste que el mundo era mucho más grande de lo que creías. Cuando la palabra viajar era montarse en el coche con papá y mamá. Y eras feliz. Nos pasamos la vida buscando ese algo que nos haga felices, la clave de la felicidad.

Pero la felicidad es eso. Montarse en un coche/avión/tren/barco con amigos. Con falta de presupuesto para un hotel cinco estrellas pero con las ganas de convertir ese hostal en vuestra casa temporal. Sin planes pero con el don de la improvisación. Sin un álbum de fotos de todos los monumentos, pero con un nutrido repertorio para Instagram. Siempre sin, pero con.

Lo que te da un viaje no sabes compararlo con nada. Viajar te hace salir de la rutina, dejar de lado todo lo que te ata, dejar el estrés a un lado, regalarte tiempo. Y te acuerdas siempre, de cada uno de los viajes, de las personas que te acompañaron, de cada momento, de cada experiencia. Va, ya está, tampoco vamos a pasarnos de ñoños.

Y sabes además, que un viaje empieza mucho antes de coger el avión. Empieza cuando se te pasa por la cabeza y decides comer la cabeza al amigo de turno, o cuando el amigo de turno es el que te come la cabeza a ti. También empieza cuando barajas posibles fechas. Cuando piensas en destinos. Empieza con los nervios el mes antes, cuando ves que ya llega. Y también cuando queda una semana y tienes que pensar en hacer la maleta. Empieza cuando falta un día y no consigues meterlo todo. Empieza la noche antes, cuando no puedes dormir de los nervios. Y cuando vas hacia el aeropuerto. ¿Qué es eso de empezar cuando subes al avión? Mentira podrida, tú ya estabas viajando mucho antes, y lo sabes.

¿Motivos para viajar? Tampoco necesitas de eso, no hay motivos más allá de tu felicidad. Escondemos los viajes tras un «fin de curso» o «vacaciones», buscamos darle un nombre a la excusa. Y qué más da si viajamos por viajar. Escondamos los viajes detrás del título «viajando por viajar». Por el simple placer de viajar. Sin necesitar razones. Para qué.

«Si quieres gastar todo el dinero del mundo en COSAS, allá tú, yo prefiero viajar». Se ha convertido en tu frase de cabecera. Y si no lo es… ¡Deja de comprar cosas y empieza a viajar! Que te de igual que en Harvard lleven 75 años estudiando la clave de la felicidad, que a ti no te hace falta de eso. Que viajar mola, y punto. Sólo hace falta rodearse de las personas adecuadas, esos locos que, como tú, encontraron la clave de la felicidad hace tiempo, montados en un coche con sus padres camino de la playa (o dónde sea).

PD: Y si a ti te preguntan por la clave de la felicidad lo del dinero no te va. Porque encima sabes que lo de viajar barato no es un mito. Te haces un airhopping y les matas de envidia (aún más que con los selfies de Instagram).

 

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